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Agosto 2016
por: Norma Beatriz Demaría
Como introducción a la Obra número 34, “Homenaje
a Jorge Luis Borges”, estas palabras de agradecimiento a la gesta
cultural de su editor.
“Alfred Asís y los grandes del mundo”.
Una colección de Obras-Homenajes mundiales, con 34 libros publicados.
Alfred Asís, y su llamado de luz
para celebrar la hermandad con La Palabra.
En Isla Negra, Chile, Alfred Asís creó un portal dimensional
de luz con todos los tiempos y matices de La Palabra.
Con esta herramienta, don que por excelencia nos humaniza, y de tal manera:
“…arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan”… (Pablo Neruda)
a su llamado de luz, hemos acudido a través de los años,
miles de poetas –en cifra real, no simbólica- consagrados,
noveles y niños, de los cinco continentes y en diversas lenguas,
aportando nuestra Poesía a fin de colaborar con el único
objetivo por Asís trazado: irrigar, para que florezca en sucesión
continua, este camino por la Paz y el Amor entre hermanos, honrando a
los célebres escritores de la literatura mundial que nos precedieron.
Alfred Asís, el gran hacedor de la magia, generoso astrolabio inquebrantable,
cuenta, para estas obras colectivas, con una heredad propicia para convocar
voces y edificar caminos. Más aún: una huella de profundidad
indeleble que, por sus características y alcance, marca un hito
mundial en la poesía.
De padre músico integrante por muchos años de la Orquesta
de Cámara de la Universidad de Concepción de Chile, y de
una madre con gran vocación religiosa, siempre atenta y dedicada
a asistir a los más pobres, Alfred Asís logra, con esta
herencia recibida, una rica mixtura armonizada en la belleza del arte
y el altruismo, para el destino que ha elegido de brindarlo todo sin esperar
a cambio. Cualidades personales que le permitieron ver y oír el
verdadero self de las grandes y pequeñas cosas de la vida. Incansable
viajero, fotógrafo, poeta e investigador en varias disciplinas
como Arqueología, Geografía, Ecología, Historia,
Turismo y Cultura, supo escuchar el lenguaje de la pequeña piedrecilla
perdida en el desierto, la semilla dormitando en Atacama mientras soñaba
con su futura corola de tonos irisados, el secreto rumor de las raíces
del ciprés en la tormenta, el clamor del pájaro mojado,
la trama singular de cada nido… Y tocar con sus ojos de Poeta todos
los matices del devenir: memorables ocasos sobre el mar tranquilo, la
loca carrera del viento en la isla agitando almas y candelas, y la inexorable
pulcritud de la lluvia sobre la hoja vestida de agua celebrando el término
de su sed, para plasmar luego, en imagen y palabra, todo lo que su alma
había aprehendido. Es este admirable bagaje, unido a su nobleza
y humildad, lo que confiere sobrada entidad a su gran aptitud de convocatoria
para generar espacios de hermandad, colmando salas, colegios, universidades,
estadios, instituciones, y todo lugar donde acuden niños, jóvenes
estudiantes, público y profesores anhelosos de recibir su enseñanza.
Y es este admirable bagaje también, lo que le adjudica, sin dudas,
el éxito de edición de sus 34 Obras mundiales: “Alfred
Asís y los grandes del mundo”, en Homenaje a nuestros grandes
antecesores de la literatura universal.
Con el patrocinio de reconocidos organismos culturales, pero sin subvenciones
económicas de ninguna clase, a puro esfuerzo propio de su editor,
y sin fines de lucro, estas obras, configuradas en antologías internacionales,
recorren los cinco continentes y llegan, en condición de donación,
a establecimientos educativos y culturales acompañadas por numerosas
presentaciones y conferencias para los alumnos y para todo aquél
que quiera conmoverse en el mismo pentagrama fraternal. Estas publicaciones,
en todo su conjunto, componen una peculiar sinfonía de amor, donde
cada escritor con su par de alas en temblor continuo, y para lograr la
escala anhelada, han ofrecido su palabra con sentimiento y belleza en
el tono preciso del trino que engendró, unidos unos a otros, un
gorjeo cósmico y sublime. O acaso, el rumor vegetal inconfundible,
que en el instante inmediato al vendaval, presagia la magnitud del canto
de los altos árboles, como un “Canto general” que brota
de la tierra del amado Pablo para el mundo, en un pacto inalterable y
vital en la creación colectiva, con el único destino de
construir el universo de hermandad soñado.
Y he aquí donde anida la magia de la que hablo y la jerarquía
de su llamado: no es nada fácil reunir semejante cantidad de poetas
de todos los continentes, como lo hace Alfred Asís, para que concurran
a su convocatoria sin otra finalidad que regalar y regalarnos nuestros
versos, elevando el canto a la altura esencial para seguir su huella:
esta asistencia multitudinaria-multicultural, es el cabal testimonio del
respeto y el aprecio de sus pares; condición que sólo se
alcanza con la grandeza de espíritu que lo distingue.
Este espacio no fue concebido para lauros ni glorias singulares; somos
un equipo fraternal, bien concientizado en el trabajo colectivo que realizamos,
donando nuestra Poesía en contribución a la Paz para todos
los pueblos del mundo, y en particular, para los niños, porque
ansiamos verlos crecer transitando este sendero ideal con el aporte de
una dialéctica que marca almas en construcción constante,
para que mañana logren ser adultos de bien, y hermanos entrañables.
Y no puede ser de otra manera –ésta es la única- porque
él mismo, Alfred Asís, aún contando con valiosos
premios y distinciones de notables instituciones internacionales por su
labor cultural, declara permanentemente que sus más preciados premios
son:
“Mis grandes salones: las aulas de los niños.
Mis grandes premios: sus sonrisas.
Mis grandes conquistas: haber llegado al alma de ellos…
Todo ello genera mi alegría de vivir… (Alfred Asís)
Así es, hermano Alfred, todos compartimos tu mensaje en la misma
huella poética.
«El verdadero objeto de la poesía no es el sol, las montañas,
los bosques, el paisaje o la forma humana en su aspecto material, la sangre,
nervios, músculos, etc., sino los intereses del espíritu.
[...] La esfera de la naturaleza sólo entra en el dominio de la
poesía cuando el espíritu halla en ella una excitación
o los materiales de su actividad; cuando considera el mundo como teatro
de la humana actividad, como su mundo exterior, que únicamente
tiene valor esencial mediante su relación con el mundo interior
de la conciencia. El objeto verdadero de la poesía es el imperio
infinito del espíritu. Y de todos los materiales del arte, el que
más conviene al espíritu, el más capaz de expresar
sus intereses y todos los movimientos de su vida íntima, es la
palabra, la cual debe ser empleado como el modo de expresión más
idóneo a este fin. Bajo este aspecto, es la poesía principalmente
la encargada de revelar a la conciencia la potencia de la vida espiritual,
las pasiones que agitan al alma, los afectos del corazón humano,
los pensamientos que se suceden calmosamente en la inteligencia del hombre;
en una palabra, el dominio entero de las ideas, de los actos, de los destinos
humanos, todo el acontecer de este mundo y el gobierno divino del universo.
En este sentido, ha sido y es maestra de la humanidad, y su influencia
es la más general y extendida. En efecto, enseñar y aprender
es saber, tener la experiencia de lo existente. Las estrellas, los animales,
las plantas, no saben o no tienen conciencia de su ley. En cambio, el
hombre sólo existe en conformidad a la ley de su ser, cuando sabe
de sí y de cuanto le rodea. Debe conocer las potencias que le hacen
obrar y le dirigen. Ahora bien: tal saber es el que da la poesía
en su forma original y viva».
[Del pensamiento poético y del pensamiento prosaico, de G.W.F.
Hegel - Fragmento de Poética -Sección I]
Con la presente obra: “Homenaje a Jorge Luis Borges”, dedicada
al genial escritor universal, son 34 las Obras-Homenajes “Alfred
Asís y los grandes del mundo”, hasta ahora publicadas.
Gracias, hermano-Poeta chileno, por todo lo brindado.
Nada es pequeño en tu mundo. Nada carece de esplendor.
Todo se puebla de vida. Todo florece en torno a ti.
Norma Beatríz Demaría.
Presidenta de SADE- Sociedad Argentina de Escritores- Seccional Eduardo
Castex.
Integrante del Taller de Escritura de la Escuela internacional de Poesía
y Psicoanálisis GRUPO CERO (Madrid)
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